FRAILE PINTADO (JUJUY)
Fraile Pintado, nombre patronímico que se atribuye a una pictografía hecha en un tronco de árbol en el cual se ha reproducido la figura de un religioso. Según una narración de Aldo Rubén Delgadino, investigador local, ya fallecido, el nombre de Fraile Pintado deriva de acontecimientos históricos en las épocas de conquistas de la región, que casi siempre estaban vinculados a la evangelización iniciada por padres Jesuitas que acompañaban a esas corrientes colonizadoras. El antiguo camino corría desde los pueblos del sur hasta un punto de convergencia que doblando hacia la mano derecha se llegaba a la localidad de Maíz Negro (hoy lote de la empresa Ledesma) donde existía un gran asentamiento poblacional, doblando a la izquierda pasaba por lo que actualmente es Fraile Pintado, continuando por los parajes llamados Normenta y Potreros hasta arriba a Tilcara, al norte se encontraba con la Reducción, otro gran conglomerado habitacional que contaba con una reducción de indios establecida por Misioneros Jesuitas. En la zona existían aborígenes, tales como matacos, tobas, chiriguanos y tribus nómadas que permanentemente hostigaban a las poblaciones de Maíz Negro y la Reducción, asaltando en el camino a viajeros y comerciantes (en su mayoría de origen Árabe) que en carretas transportaban comestibles, ropas y otros artículos para comercializarlos entre los habitantes de aquellos lugares. Las excursiones evangelizadoras de los Jesuitas y de otras congregaciones como franciscanos y mercenarios, proveían de la gran corriente evangelizadora del Chaco Gualamba que abracaba Brasil, Paraguay y Bolivia e incluid el Norte Argentino. Muchos de ellos ofrendaron sus ideas en la difusión de la palabra de Dios. El Presbítero Pedro Ortiz de Zarate y sus misioneros sacrificados en la confluencia de los ríos Ledesma y Lavallen durante una gran rebelión de indios. Enterado el Gobierno de Salta, que en aquellos tiempos administraba estas tierras, de la masacre de los religiosos ordenó a su ejército a combatir sin contemplaciones a los rebeldes aborígenes produciendo su dispersión hacia el norte y oeste. Uno de ellos a la altura de lo que se conoce como Fraile Viejo, del cementerio municipal, un poco mas al sur en un cruce de camino se tallo y pinto sobre un gran quebracho la imagen de un Fraile, tal vez como muestra de orgullo y poderío de su hazaña ante los que consideraban usurpadores de su territorio y costumbres. Los indios eran incitados por sus brujos al no sometimiento de la evidente preeminencia del blanco. El lugar se escogió por los viajeros y comerciantes como zona de encuentros punto de referencia para trasladarse de un pueblo a otro. Desde la expulsión de los Jesuitas, los franciscanos llevaron la Reducción “San Ignacio de los Tobas” a la zona del actual Fraile Pintado, donde estarían mas seguros por no tener que cruzar dos ríos peligrosos como eran el Ledesma y el San Lorenzo, mas cerca de Jujuy y de la sede central de la Orden Religiosa. Para aquella gente que tenia interés en llegarse a la Reducción en su nuevo emplazamiento, los orientaban pintando frailes en troncos de árboles, como señales visibles para los caminantes. El lugar fue llamado Fraile Pintado desde entonces. La finca Reducción (Fraile Pintado actual) fue comprada en la primera mitad del siglo pasado, por don Pablo Sardicat Soubiret de Soria, junto a otras dos; Río Negro y el Quemado. Estas fincas formaban el establecimiento azucarero mas grande de la región mientras vivió Sardicat (o Chalican como le decía la gente del lugar) quien murió en 1851. Hasta la llegada del ferrocarril en Ledesma en 1905, se transportaba el azúcar desde Ledesma y San Pedro hasta Perico y Pampa Blanca, en grandes tropas de carros de mulas, con toldos que viajaban precedidos de un corneta a caballo, que iba anunciando los malos pasos del camino, las subidas y bajadas, el paso de los ríos y la llegada a las poblaciones con su toque. Este trabajo era realizado por transportadores contratados por las empresas, de prestigio y solvencia, como para estar seguros que el producto llegaría a destino sin incidentes importantes. En Biografías, Sanchez de Bustamante, asegura que los dos primeros transportistas más fuertes de aquellos tiempos fueron Don Julio Bracamonte y don Juan A. Tanco. En 1905 y 1907 Julio Bracamonte adquirió la finca Reducción y vivió allá hasta que paso a manos de la empresa Ledesma. Todo Fraile Pintado – o la mayor parte de esta finca extensa y productiva – pertenece aun a los descendientes de aquel Julio Bracamonte, que se inicio transportando azúcar por caminos prácticamente intransitables, como fueron antes de la llegada del ferrocarril, y su camino Nacional trazado a la vera de las vías. Hasta hace mas o menos treinta años atrás, Fraile era uno de esos pueblos retardatarios, que no acababa de ser pueblo a pesar de su larga historia. Sin Embargo cobro importancia su fragmentación y sistema de arriendo de las tierras que activo su economía y aumento su caudal poblacional, gracias al trabajo ampliado y distribuido por mucha mas gente de la que solía haber en tiempos pretéritos. Por supuesto, la apertura de escuelas primarias y secundarias, Intendencia y Concejo Deliberante, Policía, Registro Civil y todas las instituciones, convirtieron a Fraile Pintado en una población – por fin – en constante progreso
